22 de junio de 2015

Panna cotta con culis de cereza, lima y ribeiro

Tan italiana como la carbonara o el pesto, por no hablar de Sophia Loren o Lucky Luciano, la panna cotta (nata cocida) es uno de los postres más ricos con los que cerrar una buena comida. Elaborada a base de nata, leche y gelatina aromatizadas al gusto de cada uno, es usual acompañarla con mermeladas o compotas, con las que combina divinamente, sobre todo las de frutos rojos como grosellas, frambuesas o cerezas como en este caso, ya que el deje acido de estos frutos compensa el sabor un tanto empalagoso de la panna cotta. Y el culis (o coulis que es su nombre original: francés, cómo no) es una muy buena opción para dar color  y sabor al plato. Y este culis es muy especial, ya que para su elaboración no se ha utilizado azúcar, sino un ribeiro blanco y una rodaja de lima. El resultado, me atrevo a decir, es de chuparse los dedos. Con perdón.

Ingredientes para cuatro personas
1/2 litro de nata líquida
125 ml de leche
4 láminas de gelatina neutra
50 gr de azúcar
Una vaina de vainilla
150 gr de cerezas
250 ml de vino de ribeiro blanco
Una rodaja de lima

  • Ponemos las láminas de gelatina a hidratar en agua fría durante ocho o diez minutos.
  • Mezclamos la leche, la nata, el azúcar  y las semillas extraídas de la vaina de vainilla, así como la propia vaina, y lo llevamos a fuego medio hasta que comience a hervir. Bajamos entonces el fuego y dejamos cinco minutos más, removiendo de vez en cuando y vigilando para que no se nos pegue.
  • Retiramos del fuego, colamos y añadimos la gelatina bien escurrida, removiendo cuidadosamente  hasta que se haya disuelto.
  • Distribuimos en moldes, dejamos enfriar y ponemos en la nevera un mínimo de dos horas o hasta que haya cuajado la mezcla.
  • Mientras, preparamos el culis: Lavamos bien las  cerezas, las quitamos el hueso y las ponemos a hervir a fuego suave junto con el vino y la rodaja de lima hasta que estén blandas y el vino haya reducido casi por completo. Ojo. no deben quedar completamente secas.
  • Retiramos la rodaja de lima y trituramos muy bien las cerezas, pasando la crema así obtenida por un colador fino. Reservamos.
  • En el momento de servir, desmoldamos la panna cotta, napamos con el culis  y decoramos con un cereza deshuesada.