15 de junio de 2014

Siete platos refrescantes

Platos, o cuencos, o vasos... preséntelos como más le plazca, pero todos reúnen la condición de poder tenerlos preparados con antelación y guardados en la nevera para tomarlos tranquilos y relajados en estos días de furias (rojas) y calores de todo tipo. Elaborados con ingredientes en los que predomina lo vegetal, y donde las proteínas (lácteos, frutos secos, jamón...) van en forma de guarnición alegrando la vista y el paladar, son ligeros y saludables  y además están muy, muy ricos. Las recetas completas pueden verse pulsando en los correspondientes enlaces.

 

Y empezamos por el rey de las cremas y las sopas frías, el inimitable gazpacho, del que hay tantas variantes como españoles (por lo menos) aunque todos partan de los tomates, pimientos, pepinos, cebolla y ajos.




Contundente variación del gazpacho tradicional es este gazpacho blanco donde el yogur se convierte en ingrediente principal. El pepino y la yerbabuena le dan un toque especialmente refrescante.  Y es tan fácil de preparar como agradable al paladar.




Una receta muy veraniega, un plato muy rico y nutritivo, de verdad apetecible en estos días de calor: un salmorejo. El salmorejo es una manera típica de preparar una crema fría de tomate, originaria de Córdoba, aunque también por Canarias hacen uno que es más una salsa para acompañar carnes.




Otra posibilidad para refrescarnos son  las cremas frías, y aquí mezclamos dos ingredientes en apariencia poco compatibles pero que una vez juntos proporcionan a nuestra crema  una textura de una untuosidad verdaderamente sensual… única condición: el aguacate ha de estar bien maduro para que no sepa a crudo.



Meterse en la cocina cuando el calor aprieta, salvo casos de cocinitis aguda, que también se dan, puede no apetecer mucho. Por eso preparar platos ligeros y de elaboración sencilla es una buena solución. Y puesto que empiezan a llegar las calabazas de la variedad conocida como de verano aprovecharemos para disfrutar de esta deliciosa crema.



La lechuga, que parece condenada a figurar sólo en ensaladas, responde perfectamente a la cocción y se presta divinamente a la preparación de cremas y sopas con su sabor suave que admite muy bien combinaciones tan heterodoxas como esta con la salsa tahini, lo que tiene como consecuencia un sorprendente juego de sabores que resulta muy grato al paladar.


Y acabamos esta selección con una preparación que no es del todo una crema, ni una sopa ni tampoco una mousse como pese a ello se titula esta receta. Eso sí, les garantizo que la suavidad y textura de esta crema es tan delicada que nada tiene  que envidiar a las más suntuosas y refinadas mousses. Y por si fuera poco es muy sencilla de elaborar y perfectamente apta para disfrutarla fresquita.