12 de enero de 2013

Tatin de calabaza

Es sabido que la tarta tatin, esa joya de la repostería francesa, nació por un despiste de mademoiselle Stéphanie Tatin y que la receta original es a base de manzanas. Y que no hay blog de cocina que se precie que no la incluya en mil variaciones distintas, desde el plátano al mango pasando por las peras. Así que uno (o sea, yo) que tiene también el prurito de la originalidad ha intentado hacer algo distinto, cosa difícil en estos asendereados caminos de la cocina, así que espero haberlo conseguido: una tarta tatin de calabaza. Y aprovechando que la calabaza es bastante dulce, la haremos sin azúcar, sólo con el añadido de un poco de brandy. Fácil y sorprendentemente rica.

Ingredientes
Una lámina de hojaldre
400 de calabaza limpia
50 gr de mantequilla
Un chorro de brandy
Canela

  • Sacamos la mantequilla de la nevera y dejamos que se ablande a temperatura ambiente.
  • Cortamos la calabaza en trozos de unos cuatro centímetros de grosor, procurando darles una forma que nos permita rellenar un molde redondo válido para el fuego y el horno. (Vamos, como si fuéramos a hacer un mosaico con piezas desiguales.)
  • Cuando la mantequilla esté blanda la distribuimos en el fondo del molde y sobre ella ponemos los trozos de la calabaza, regamos con el brandy y ponemos a fuego suave para que caramelice. Unos quince o veinte minutos serán suficientes. Ojo que no se queme. Retiramos del fuego  y dejamos templar.
  • Cuando esté manejable, espolvoreamos con canela y cubrimos con la lámina de hojaldre remetiendo los bordes con ayuda de una espátula o cuchara y lo llevamos al horno que habremos precalentado a 180º, y dejamos que se haga durante unos 30 minutos o hasta que la masa esté cocida.
  • Dejamos templar un poco, desmoldamos con mucho cuidado de no quemarse y servimos tibia, acompañada de nata montada o helado al gusto. O sola, que no necesita mucho más.