6 de septiembre de 2012

Amor bajo el espino blanco



Zhang Yimou
Tras el largo paréntesis de diez años en los que, con la excepción de la espléndida La búsqueda (Qian li zou dan ji, 2005), Zhang Yimou se dedicó a flirtear con las, por entonces de moda, películas de artes marciales y en los que nos regaló cosas como Hero (Ying xiong, 2002) y La casa de las dagas voladoras (Shi mian mai fu, 2004), el drama de época  en la esplendorosa pero vacía La maldición de la flor dorada (Man cheng jin dai huang jin jia, 2006) o la parodia del cine negro al estilo de los hermanos Cohen de los que hizo esa especie de remake de Sangre fácil (Blood Simple, 1984) que es la frustrante Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos (San qiang pai an jing qi, 2009), nos llega ahora (con un cierto retraso, la película es de 2010) lo que parece ser el reencuentro del director con su cine. Bienvenido sea. Bienvenido sea porque su cine es una de las más gozosas experiencias de las que como espectador es posible disfrutar. Lejos de los oropeles y fuegos de artificio (tan chinos, es verdad) de esas espectaculares y visualmente deslumbrantes pero hueras películas (Zhang Yimou es un director genial incluso cuando hace mal cine), nos encontramos ante otra de esas  enormes pequeñas  maravillas en las que Yimou bucea en los sentimientos, los deseos , las frustraciones… esas pequeñas historias de gentes anónimas que viven dramas que cambian sus vidas, vidas que Yimou contempla con la piedad y la delicadeza de quien ama y respeta a sus personajes y los expone con esa sencillez que es una feliz demostración del dominio del lenguaje cinematográfico que Yimou posee como pocos directores actuales. La película cuenta una sencilla pero trágica y conmovedora historia de amor en la que una vez más Yimou nos obsequia con otro de esos caracteres fuertes típicos de los protagonistas femeninos de toda su obra, que aquí borda la fascinante Zhou Dongyu en una interpretación sin fisuras.   
En esta película la narración fluye con un ritmo exacto y pausado, unidos los distintos episodios por fundidos en negro al estilo clásico dejando respirar al espectador deslumbrado por la delicada exactitud con la que dibuja todos y cada uno de los personajes. Amor bajo el espino blanco es una película rodada con la precisión de un mecanismo de relojería, donde los tempi se ajustan como un guante a las necesidades del relato. No hay tiempos muertos, cada sección de la historia, separada de la anterior y unida a la siguiente por esos fundidos en negro,  está imbricada con absoluta precisión en el todo, formando un fascinante continuum narrativo. La fotografía, un tanto sobreexpuesta, contribuye a crear la atmósfera de suave melancolía que impregna la historia y la recorre ya desde el principio, prefigurando un final expuesto de forma magistral y donde brilla el talento de la joven Zhou Dongyu…  Pero también es, en la personal indagación de Yimou en la historia reciente de su país, [Ni uno menos (Yi ge dou bu neng shao, 1999) y  El camino a casa. (Wo de fu qin mu qin, 1999) son los ejemplos claros de esta indagación], la película que mira con menos indulgencia los logros de la Revolución Maoista.  Con una ironía que a veces raya en el sarcasmo y que paradójicamente acentúa el pesimismo que subyace en la historia de los jóvenes Jing y Sun, el director nos ofrece una cruda y crítica visión de la sociedad china en los años setenta donde impera la deshumanización y donde las grandilocuentes consignas partidistas tienen más importancia que el valor de las personas… Película, en fin, de una belleza subyugante, otra obra maestra de su autor y absolutamente recomendable. 



Ficha:
Título original: Shan zha shu zhi lian
Año de producción: 2010
Duración: 114 min.
País: China
Dirección: Zhang Yimou
Guión: Yin Lichuan, Gu Xiaobai
Música: Chen Qigang
Fotografía: Zhao Xiaoding
Reparto: Zhou Dongyu, Shawn Dou, 
                  Chen Taisheng, Rina Sa, 
                  Xi Meijuan, Li Xuejian, 
                  Lü Liping, Sun Haiying
Género: Drama