11 de mayo de 2012

Pollo a la cerveza negra con ajos tiernos

La de pollo es una carne muy nutritiva y con poca grasa, rica en proteínas, que admite múltiples formas de cocinarla. Aporta cantidad apreciables de vitamina B3 y ácido fólico, así como hierro, zinc, fósforo y potasio. De la avicultura puede decirse que es una de de las primeras industrias cárnicas, ya que parece que comenzó a practicarse hace cerca de cuatro mil años. Actualmente, la masiva producción de carne de pollo hace que si bien su precio sea mucho más bajo que el de otras carnes, la calidad de la misma deje bastante que desear. Por eso es preferible buscar pollos criados en libertad y alimentados con cereales para poder gustar de todo su exquisito sabor. A la hora de comprarlos conviene saber que su carne debe ser de un color uniforme (en caso de haber sido alimentado con maíz tendrá un matiz amarillento). La piel no tiene que ser pegajosa, y la presencia de manchas en la piel, la carne o el cuello, indican que no es fresco. En la cocina, asado sigue siendo la forma más popular de prepararlo, y así lo haremos hoy aunque de forma un tanto heterodoxa, con el añadido de la cerveza negra cuyo sabor suavemente tostado le da un toque muy especial. El resultado es verdaderamente gratificante.

Ingredientes para 4 personas.
8 muslos de pollo
Un manojo de ajos tiernos
33 cl de cerveza negra (una botella)
Cuatro tomates maduros pero no blandos
Una cucharada de hierbas provenzales
2 dientes de ajo
Sal
Pimienta
Aceite de oliva

Limpiamos muy bien de piel y grasa los muslos de pollo, los salpimentamos y los colocamos en una fuente de horno. En un mortero preparamos un majado con los dientes de ajo y las hierbas provenzales, añadimos media botella de cerveza y regamos los muslos con este adobo, dejando marinar en la nevera al menos un par de horas. Pasado este tiempo precalentamos el horno a 200º y metemos la bandeja con el pollo. A los veinte minutos bajamos la temperatura hasta los 180º y dejamos hasta que esté dorado y tierno, lo que dependerá tanto del horno como de la calidad de la carne. 
Debemos vigilar para que no se quede seco, regando con unas cucharadas de cerveza si ocurre. Cortamos en cuartos los tomates, los rociamos con un hilo de aceite de oliva y una pulgarada de hierbas provenzales y los añadimos al pollo cuando veamos que ya casí está hecho. Pelamos los ajetes y los hacemos al vapor durante ocho o diez minutos. Por fin, retiramos el tomate y lo trituramos, emplatamos los muslos y servimos junto con una par de cucharadas de tomate y adornados con los ajetes.