21 de abril de 2012

Crujiente de merluza con hierbas aromáticas

Lo cierto es que detrás de este título tan rimbombante se esconde una merluza sencillamente rebozada. Ya, ya sé que para rebozar una merluza no es necesario pasar por Heidelberg, ni siquiera por una escuela de hostelería: basta con saber batir un huevo y encender el fuego. También sé que los fritos no son aconsejables, que resultan indigestos y contribuyen a aumentar el nivel del colesterol… en fin, hay que huir de ellos como de la peste. Pero están tan ricos… Así que vamos a permitirnos, sólo muy de vez en cuando, muy de tarde en tarde, un pequeño pecadillo. Y ya puestos, vamos a recordar la mejor manera de conseguir que  los fritos no sean tan perjudiciales: véalo aquí. Y ahora que ya hemos tranquilizado la conciencia, pongamos manos a la obra. Las hierbas que vamos a usar darán un toque único a una preparación muy sencilla, y el pan rallado contribuirá a conseguir un acabado crujiente en verdad apetitoso. A mí me parece que con la mezcla de hierbas que propongo, y en esas proporciones, se consigue un buen equilibrio de sabores, pero no tema cambiarlas a su gusto, o  incluir alguna otra de su preferencia.

Ingredientes para cuatro personas
800 gr de merluza en filetes
Harina y pan rallado para rebozar
Dos huevos
Una cucharada de estragón
Una cucharada de eneldo
Media cucharada de orégano
Una  cucharadita rasa de semillas de hinojo
Media cucharadita de pimienta negra en grano
Dos cucharadas de semillas tostadas de sésamo
Una pizca de sal
Aceite de oliva

Molemos las semillas de hinojo y la pimienta con el mortero y mezclamos con el resto de las hierbas. Salamos muy ligeramente los filetes de pescado, los pasamos por la mezcla de hierbas y dejamos reposar una media hora. Después los pasamos por la harina (sacudimos para quitar el exceso de harina), el huevo batido, el pan rallado y las semillas de sésamo y los freímos en abundante aceite de oliva, a fuego medio, hasta que estén dorados. Escurrimos sobre papel absorbente y servimos con una ensalada de hojas de rúcula aliñada con un buen aceite de oliva virgen extra.