23 de marzo de 2012

Intocable

Olivier Nakache y Eric Toledano
El cine francés parece haber descubierto la fórmula mágica para hacer cine de éxito, ya que no cine de calidad. Lástima que la fórmula incluya un exceso de azúcares, lo que acaba siendo peligroso para la buena salud mental. Después de aquel mejunje llamado Amelie (Jean-Pierre Jeunet, 2001), y tras la (sorprendentemente) multipremiada El artista, aquí tenemos Intocable, que aunque (o quizá porque) recuerda demasiado a Paseando a Miss Daisy (Driving Miss Daisy, Bruce Beresford, 1989) se ha convertido en multimillonaria en recaudación y en espectadores, dirigida al alimón por Olivier Nakache y Eric Toledano, autores de algunas cosas  más bien olvidables, si no olvidadas del todo. Hay que decir que cuando una  película comienza avisando que está basada en una historia real deben de tomarse todas las precauciones posibles, ya que eso suele ser el pretexto para justificar cualquier arbitrariedad del guión y para olvidar que si a la vida real no hay forma de pedirle lógica (qué más quisiéramos), la ficción por el contrario ha de tenerla, y férrea, para que resulte creíble. Más aún si se cuenta en clave de comedia y todavía más aún si lo que se cuenta es un tragedión de no te menees. Y eso es lo que ocurre con el tramposo guión de esta Intocable, película muy menor pero condenada al éxito: que está tan lleno de inconsistencias y caprichos para contentar y conmover al respetable que da un poco de vergüenza ajena contemplar los desmanes perpetrados en lo que sin duda debió de ser una historia difícil y no siempre tan bonita como lo que aquí se nos cuenta. Ya de entrada han sido cuidadosamente limadas todas las aristas que hubieran podido convertir en incómoda esta historia de amistad interracial e interclasista (nada menos), convirtiendo, por ejemplo, el  socialmente más conflictivo árabe de la historia real en el más aceptable y políticamente más correcto subsahariano de la película y convirtiendo así a Intocable en otro de esos filmes nacidos con vocación de obtener un buen rendimiento, es decir, concebidos sin el menor escrúpulo y en los que todo vale a la hora de manipular los bajos instintos maternales del  público. 
Lamentablemente, los personajes están dibujados con trazos tan gruesos que se quedan en menos que caricaturas, renunciando a lo que debería haber sido el desarrollo dramático (en sentido narrativo) de la relación entre ellos y perdiendo así toda posibilidad emotiva en aras de un facilón tono de comedia.  En cuanto a lo que podríamos llamar estilo narrativo, si hubiera algo que hiciera pensar en ello, Nakache y Toledano han optado por ese ritmo acelerado típico de los seriales televisivos  que hace parecer agilidad narrativa a lo que sólo es marrullería ideada para impedir al espectador darse cuenta de los despropósitos en que incurre la narración: por poner un sólo ejemplo, esa súbita, inexplicable (e inexplicada) decisión de prescindir de los servicios del hasta entonces imprescindible Driss, y que sólo se justifica para permitir el único momento supuestamente dramático de toda la película. Hay que resaltar, desde luego, el buen trabajo de todos los intérpretes, aunque François Cluzet recuerde demasiado a Dustin Hoffman y Omar Sy sea una resultona mezcla de Will Smith y Eddie Murphy con algunas gotas de Cuba Gooding jr . Finalmente aclarar que no hay que buscar aquí sutilezas cinematográficas, pues sólo encontraremos esos tontorrones chistes de sitcom en los que abunda este producto, eso sí, pulcramente acabado, pero un tanto aburrido por lo previsible. 

Ficha:
Título original: Intouchables
Año de producción: 2011
Duración: 109 min.            
País:   Francia
Director: Olivier Nakache, Eric Toledano
Guión: Olivier Nakache, Eric Toledano
Música: Ludovico Einaudi
Fotografía: Mathieu Vadepied
Reparto: François Cluzet, Omar Sy, 
                Anne Le Ny, Audrey Fleurot, 
                Clotilde Mollet, Joséphine de Meaux, 
                Alba Gaia Bellugi, Cyril Mendy, 
                Christian Ameri, 
                Marie-Laure Descoureaux, 
                Gregoire Oestermann
Género: Comedia.